Messaggio

Messaggio

Calles grises y focos de led adornaban la ciudad con un tono melancólico, se acercaba la Navidad, y como todos los años, las personas estaban alborotadas por los regalos, la comida y no sé cuántas cosas más.

Caminábamos tomados de la mano, yo, me perdía en sus ojos, es su sonrisa y en su aroma. Cuando ella me miraba la besaba al instante, quizás porque no sabía que decir, con ella, jamás sé que decir, de un momento a otro siento que el diccionario entero se llena de una sola palabra, una palabra para enunciar a la belleza misma, una palabra que carecería de significado si ella no la llevara como nombre; esa palabra formada por siete letras y tres sílabas.

El tiempo pasaba volando más rápido que un caza rompiendo la barrera del sonido, el reloj del móvil marcaba las 11:00 am y en un segundo, podría marcar las 11:00 pm. Con ella jamás me he sentido solo, con ella puedo comerme al mundo o darle mil vueltas en 80 versos, con ella, cada segundo se vuelve una vida.

Cerré los ojos a mitad de la calle, me puse a pensar, a reflexionar. Yo a ella le encontré por accidente, jamás he creído en el destino, pero tampoco juego al azar; jamás sabré porque ella se sentó a mi lado, habiendo tantos chicos en esa aula de clases, ella tuvo que sentarse a lado mío. En ese momento no lo sabía, no sabía que en unos meses estaría compartiendo mi vida con ella, no sabía que en unos meses le estaría besando todos los días al llegar al cole, no tenía idea de que ella se volvería la persona más especial en mi demacrada vida.

Abrí los ojos y ella estaba ahí, sabía bien que no era un sueño, una fantasía de esas que tienes al dormir, ella era real estaba ahí, conmigo, ella estaba conmigo. Como mencioné antes, el tiempo pasaba volando cuando esa chica de ojos marrones te besaba, cuando acariciaba tu cuello son sus labios, cuando sus brazos te rodean en un abrazo eterno, cuando su boca entona un “te quiero”.

Las puertas se abrieron y tuvimos que separarnos, le di solo un beso, le dije: -Te quiero.- Fue tan rápido que pensé que no me escuchó, fue la peor despedida que le he dado. El tren retomó su viaje y yo le miré con cariño, la vi alejándose en ese andén lúgubre e insulso, casi lloraba de tristeza, desearía haber tenido más tiempo para decirle un “hasta luego pequeña” y ver esa sonrisa que me encanta. Me di media vuelta, tomé asiento entre un hombre que leía el periódico y una mujer con un bebe en brazos. Miré hacia las ventanas e imaginé su rostro dibujado en el cielo, me imaginaba a su lado, besándola, abrazándola, viviendo felices, navegando entre océanos, dejándole notas debajo de la almohada, mirándola mientras escribo un poema, resumiendo; me imaginaba viviendo juntos por el resto del jodido tiempo.

Apoyé mi cabeza en el asiento, quería conciliar el sueño por un rato, faltaban unas cuanta paradas más. Cuando estaba a punto de cerrar los ojos el móvil comenzó a vibrar y a emitir el pequeño tono de “Lágrimas Negras” de Scar. Saqué el teléfono de mi bolsillo izquierdo y noté el aviso: Nuevo mensaje. Era ella, el mensaje era de ella.

de Daniel V. Publicado en Prosas

Carpe Diem

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Tantas veces nos miramos al espejo para preguntarnos lo guapo que somos, tantas veces miramos el reloj para saber cuánto falta para la hora esperada, tantas veces miramos al cielo y pedimos un milagro, tantas veces nos preguntamos: ¿a qué estoy esperando?

Yo me cansé de levantarme cada día, dirigirme al lavabo y ver ese rostro burlándose de mí, me cansé de mirar mi reloj y que el tiempo me diga que soy cada vez más viejo, me cansé de creer en un Dios que no me ha dado más que desgracias, me cansé de hacerme preguntas y no encontrar respuesta.

El mundo avanza contigo o sin ti, debes saberlo. El mundo te da la espalda cuando tienes problemas. El mundo te cierra en cara la puerta cuando quieres ser feliz, pero a pesar de tantas cosas, a pesar de tantas desgracias o lo deprimido que puedas estar, recuerda: “Todo, puede mejorar”.

Quizás me digas: –Se realista, el mundo no es feliz-. Yo sinceramente detesto a los realistas (pesimistas) que creen que todos debemos de ser miserables como ellos. Quizás el día esté más gris de lo que podamos imaginar, pero nosotros podemos pintar el presente de mil colores nuevos. Te daré un consejo, levántate de ese sofá que suele ser tu vida y cambia tu rumbo. Carpe Diem!

de Daniel V. Publicado en Prosas

Entre calles y recuerdos…

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El sonido de la noche llenaba mi cabeza, lo coches pasaban de largo lanzándome sus luces a diestra y siniestra. La gente me miraba de reojo, quizás era porque hablaba solo o solamente les he dado desconfianza. Volviendo a mi soledad; yo vagaba por la calles lúgubres de Distrito Federal perdido en recuerdos y abrazos. Me imaginaba a su lado, preguntándome si ella piensa en mí como yo en ella.

La luna, el amante más antigua de los corazones rotos y los poetas desolados, lloraba por mi ausencia. Hace mucho que no iba a visitarla y le contaba mis penas, mis tristezas, mis sentimientos más profundos. Decidí hacerlo esa misma noche, pero esta vez no era yo el que lloraba, esta vez no estaba triste…esta vez, yo, no sufría.

El astro nocturno me rechazó en sus aposentos, me dijo que no era el mismo, que mi corazón latía de nuevo, que mis letras tenían una nueva dueña y para eso, el Sol era el indicado. Seguí su consejo, fui en busca de la estrella más brillante del sistema estelar, pero no estaba seguro de que recibiría un nuevo hijo.

De vuelta en la Tierra me topé con una pareja de jóvenes, estaban abrazados y se querían mutuamente. En los ojos de la chica veía la fragilidad de un corazón y en los del joven, una llama ardía con fulgor. Esbocé una sonrisa hacia mis adentros y seguí mi camino.

Lo que había visto me hizo recordar, recordar sus ojos marrones mirándome, sus manos por mi cabello, su cuerpo contra el mío; sentí un vuelco en mi corazón que hizo que soltara un pequeño alarido. Mis manos se tensaron, mis piernas quedaron inmóviles, mi garganta llevaba un nudo encima, mis ojos soltaron lágrimas.

Corrí lo más que pude, lo más lejos que conocía y a los cuatro vientos grite: ¡TE QUIERO!

de Daniel V. Publicado en Prosas

El arte de quererte

El arte de quererte

Ella dibujaba grandes siluetas en el lienzo de mi mente, tonalidades grises corría por el suelo formado sombras. Con sus delicados labios pigmentaba el rojo escarlata de las rosas, con sus dedos acariciaba el cielo, formando el sol naciente de un día glorioso. De sus pies, surgían miles de curvas que tomaban la forma de un mar abrasador y romántico, era hermoso, ella era hermosa; sus ojos eran dos esmeraldas brillando bajo la luna llena, ambos sentíamos algo, no era amor, el amor lo he sentido antes, era algo más; era algo especial.

Todas esas veces donde sentí su cuerpo contra el mío, yo flotaba por los aires, no me excitaba al punto de querer acostarme con ella, era distinto, quería tan solo sentirla contra mí, sentir su respiración contra mi cara, acariciar su rostro, recorrer cada rincón de sus ser, perderme en sus labios y besarlos; besar esos exquisitos labios era mi delirio, habría vendido mi alma al diablo por hacerlo ese mismo instante y después que terminara el mundo si quisiera, yo…era feliz.

de Daniel V. Publicado en Prosas

120 días de Amor-fobia

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Apareces en mis sueños susurrando mi nombre
te veré muy pronto, de mi anhelo eres la cumbre
me despierto cada noche mirándome al espejo
adoro ver tus ojos cuando me ves de lejos.

Me gusta cuando me abrazas, me besas,
recorres mi cuello y mi mente da mil vueltas
a ojos ajenos ángeles seremos
no creo en el destino, pero creo en los sueños.

Dueña de mis prosas solo hay una,
pero contigo quiero escribir mi historia
llena de fantasía y besos interminables
robar tu corazón por esa puerta que se abre.

Me gusta cuando me abrazas, te quiero,
a pesar de todo nada somos, o eso creo
a ojos ajenos ángeles seremos
no creo en el destino, pero creo en los sueños.

de Daniel V. Publicado en Poemas

Corazón de media noche

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Siempre me ha gustado lo inusual, lo difícil de entender, siempre me gusto ella. Ella…sus ojos, sus labios, su piel, su cabello, sus pechos, su sexo. Siempre me ha gustado lo inusual, lo difícil de entender, ella era un enigma para mí…quizás por eso me gustaba, fuera de lo sentimental. Cada persona es una ecuación insoluble…pero ella…ella no tenía un nombre.

Constantemente fantaseaba con ella, la veía en mis sueños, despierto o dormido ella estaba ahí. Ella…sus ojos, sus labios, su piel, su cabello, sus pechos, su sexo. Poco a poco ella se convirtió en el frasco de heroína al final de mi estante…casi vacío por tanto uso. Siempre me ha gustado lo inusual, lo difícil de entender, siempre me gusto ella.

Un día desperté con la camisa ensangrentada, el color carmesí bañaba mis sábanas, pensé que estaba muerto por un instante, que alguien me había asesinado mientras dormía y que ahora existía en el plano intangible…me equivoqué. Yo seguía existiendo, la sangre no era mía, definitivamente, no era mía. Entonces llego a mis oídos el correr del agua en la bañera, me levanté para revisar y noté que más líquido carmesí corría por el suelo formando un rastro, un rastro que llegaba al cuarto de baño. Me apresuré y cuando la vi, cuando vi esa escena tan escalofriante lo único que pude hacer fue soltar un grito. ¡Ah! Quizás nadie me escuchó, quizás no tenía ni aire para gritar.

Siempre me ha gustado lo inusual, lo difícil de entender, siempre me gusto ella. Y ahí se encontraba…sus ojos, sus labios, su piel, su cabello, sus pechos, su sexo. Estaba muerta, yo la había asesinado…pues si ella no era mía, no sería de nadie. Me culparon no solo del asesinato de mi bella musa, sino también del de un joven de veinticuatro años. Al muchacho le encontraron con un agujero en la garganta y su lengua asomándose por el, formándole una graciosa corbata. Antes le había arrancado las uñas y roto varios huesos, el muchacho sufrió antes de morir y yo…yo la tenía a ella.

Siempre me ha gustado lo inusual, lo difícil de entender, siempre me gusto ella. Y ahí se encontraba…sus ojos, sus labios, su piel, su cabello, sus pechos, su sexo. Estaba muerta, yo la había asesinado…ella era mía, por fin, ella era mía.

de Daniel V. Publicado en Prosas

El cuervo de Dorian Gray

El cuervo de dorian gray

Siempre he surcado los cielos pintándolos de negro, de vez en cuando la gente dice que le doy miedo. He sido la inspiración de muchas historias, de un tal Edgar Allan Poe, pero mi padre siempre será Dorian.

Me he sentado a observar a la Luna y siento lástima por ambos, estamos solos rodeados de tantas estrellas, pero algún día ellas desaparecerán y nosotros…bueno, nosotros siempre veremos el amor de lejos.

de Daniel V. Publicado en Prosas

Gotas de sangre

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Y ella beso mi cuello, fue recorriendo cada rincón de mi cuerpo con su boca. Mi corazón latía a una frecuencia desconocida, ella me hacía sentir que vivía de nuevo. Juntamos nuestros cuerpos y dejamos que la oscuridad nos cubriera con sus sabanas. Ella era hermosa, su cuerpo tan seductor, sus labios tan dulces, sus ojos anunciaban la vida misma.

Y ella beso mi cuello, fue recorriendo cada rincón de mi cuerpo con su boca. Mi corazón latía a una frecuencia desconocida, ella me hacía sentir que vivía de nuevo y entonces…dirigí mis blancos colmillos a su cuello, la miré fijamente y le dije:

-Te amo. Comparte conmigo la eternidad, sin ti, solo soy un alma perdida en las manos del desdichado mundo.

Mordí su cuello, bebí de su sangre, la vi morir frente a mí. En momentos, eso ojos llenos de vida, se tornaron apagados. La sangre recorría su cuerpo, acariciaba sus pechos y rosaba su sexo. Sus parpados se cerraron…ella había muerto.

Y de repente, sus ojos se abrieron de golpe, dejando ver el brillo carmesí de sus pupilas. Ella era hermosa, su cuerpo tan seductor, sus labios tan dulces, sus ojos anunciaban la muerte misma, sus colmillos tan blancos como perlas.

Y ella beso mi cuello, fue recorriendo cada rincón de mi cuerpo con su boca, bebimos de mutuamente de la sangre del otro. Nos bañamos en las gotas de la pasión y nos incendiamos en las llamas del amor. Juntos compartimos las noches…nosotros éramos vampiros.

de Daniel V. Publicado en Prosas